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Mano de seda para conquistar a un viejo adversario: el reto del correísmo en Ecuador
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El empate técnico en las presidenciales del 9 de febrero en Ecuador, que dejó "fuera de cobertura" varios días al presidente, Daniel Noboa, han hecho virar los ojos de la política al candidato que consiguió el tercer puesto, el líder indígena Leonidas Iza, cuyo 5% parece ser determinante para el balotaje del 13 de abril.
Noboa, que tardó en pronunciarse ante los resultados pese a que estaba seguro de un triunfo definitivo en primera vuelta, se medirá con la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), Luisa González, a quien supera por menos de medio punto, una nimia diferencia que vuelve imprescindible la alianza con Iza.
El candidato del movimiento indígena superó con creces al resto de los otros doce aspirantes, de los cuales once no superaron el 1 % de las preferencias. Al menos matemáticamente, sus votos parecen determinantes de cara al balotaje.
El candidato del movimiento indígena superó con creces al resto de los otros doce aspirantes, de los cuales once no superaron el 1 % de las preferencias. Al menos matemáticamente, sus votos parecen determinantes de cara al balotaje.
Iza logró más de 500.000 votos, mientras que la diferencia entre Noboa y González no llega a los 20.000. La gran incógnita que se presenta en el ambiente actual es si el excandidato y su organización apoyarán a González o más bien llamarán al voto nulo, lo que puede diluir su caudal y, por ende, favorecer a Noboa.
Una historia de discrepancias
El correísmo ha sido la fuerza más votada en la primera vuelta de las dos últimas elecciones presidenciales en Ecuador (2021 y 2023), pero ha perdido en los respectivos balotajes, quedándose a pocos puntos de ganar.
Su crecimiento, cercano a 15% entre ambas vueltas, no ha sido tan empinado como el de los candidatos conservadores —que rozan una expansión de 30%—, lo que quiere decir que el correísmo es el movimiento con el mayor número de votos 'duros', pero también lastra un rechazo importante.
En los comicios mencionados, el movimiento develó su incapacidad para hacer alianzas con otros sectores progresistas. Incluso en 2023, el partido de izquierdas estuvo a un punto de ganar en primera vuelta, pero sucumbió en la segunda.
En 2025, el correísmo ha alcanzado cerca del 43,9 % en la primera vuelta electoral, superando resultados anteriores, y necesitaría un 6 o 7 % adicional para ganar en el balotaje. Sin embargo, enfrenta el desafío de conseguir el apoyo del movimiento indígena organizado en torno a la Confederación de Naciones Indígenas de Ecuador (Conaie) y su brazo electoral, Pachakutik, que abanderaron a Iza para la contienda de febrero.
En las últimas dos elecciones preidenciales, el movimiento develó su incapacidad para hacer alianzas con otros sectores progresistas. Incluso en 2023, el partido de izquierdas estuvo a un punto de ganar en primera vuelta, pero sucumbió en la segunda.
La Conaie ha jugado un papel clave en la resistencia contra el neoliberalismo desde la década de los noventa. Aunque su alianza con el correísmo podría facilitar una victoria progresista, en la práctica, ese movimiento no ha apoyado la opción debido a las fuertes diatribas que tuvieron contra los gobiernos del líder fundacional, el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
La aversión política entre el correísmo y el movimiento indígena es la que ha permitido en los últimos comicios el triunfo de diferentes figuras del conservadurismo ecuatoriano, como el expresidente Guillermo Lasso (2021) y el actual mandatario, Daniel Novoa (2023).
Esta pugna política no han sabido eludirla, ni siquiera para enfrentar la amenaza de la imposición del modelo neoliberal que los dos sectores rechazan con el mismo ahínco, en medio de una situación de crisis generalizada que pone en riesgo la propia nación ecuatoriana.
Cómo romper el "empate técnico"
En 2025, Noboa y González concentraron el voto y produjeron un resultado tan parejo en primera vuelta que sobrevuela la idea de que es difícil romper el empate. El actual presidente ha logrado aglutinar a la derecha, a diferencia de las elecciones anteriores, en los que había cuatro o cinco líderes conservadores que se disputaban el pase a balotaje.
Por por otro lado, González ha logrado superar el techo histórico de las últimas elecciones del correísmo y pudo imponer un balotaje que muy pocos esperaban.
Así, la posición de la Conaie, que se tomará colectivamente y será divulgada el 7 de marzo, luce determinante para el resultado final de las presidenciales. Si definitivamente deciden respaldar a González, la candidata podría ubicarse como favorita para la segunda vuelta.
Si el llamado del movimiento indígena es al "voto nulo ideológico", como ha ocurrido antes, o deja la decisión a criterio propio de cada seguidor —ya han dicho que no van a apoyar a Noboa—, su caudal de votos podría diluirse, lo que haría muy difícil el triunfo del correísmo.
En cambio, si el llamado del movimiento indígena es al "voto nulo ideológico", como ha ocurrido antes, o deja la decisión a criterio propio de cada seguidor —ya han dicho que no van a apoyar a Noboa—, su caudal de votos podría diluirse, lo que haría muy difícil el triunfo del correísmo.
Llegados a este punto, podría decirse que la victoria de la RC está en manos de un adversario político y, por esa misma razón, está en obligación de dar un giro discursivo que convenza al movimiento indígena de que en una eventual nueva administración correísta, liderada por González, el trato será distinto al de la gestión de Correa.
Iza ha declarado que la situación actual, debido a la crítica situación del país, no se compara a la de ocasiones anteriores, lo que permite comprender que está intentando acercar posiciones. Sin embargo, Correa, desde el exilio en Bruselas, ha preferido seguir debatiendo cuestiones pasadas con el dirigente indígena y le ha culpado, en un mensaje por X, de permitir el triunfo de Guillermo Lasso en 2021. El líder indígena le respondió, acusándolo de "arrogante".
La candidata de RC, entre tanto, sigue haciendo esfuerzos por atraer el voto de la izquierda no correísta, pero no se conoce alguna propuesta concreta, como una 'carta de intención', la constitución de un frente amplio o una oferta electoral proindigenista, que facilite el entendimiento entre ambos movimientos.
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Hasta ahora, sobre todo después de la nefasta experiencia de la presidencia de Lenín Moreno, que rápidamente traicionó a Correa, las fórmulas correístas que se han presentado a la presidencia están sujetas a nombres del entorno íntimo del expresidente, lo que hace muy difícil la articulación con otros movimientos progresistas y le ha dejado corto para poder vencer en los dos últimos balotajes.
Mientras tanto, Noboa busca acercarse a los líderes indígenas más 'anticorreístas', como la prefecta de Cotopaxi, Lourdes Tibán, con el objetivo de dividir el voto de la Conaie, un jugada que también podría ser decisiva.
Así las cosas, al correísmo se le presenta el mismo obstáculo que se le ha atravesado en las últimas elecciones y aún no parece tener la clave para eludirlo. ¿Podrá, en esta ocasión, tener la suficiente apertura para disculparse por acciones anteriores sobre el movimiento indígena y hacer declaraciones que permitan pasar la página? Eso lo veremos las próximas semanas, que serán decisivas para conocer el nombre del próximo presidente o presidenta de Ecuador.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.