La idea se les ha ocurrido a los organizadores del festival de música Oppikoppi, en Sudáfrica, y tiene como objetivo repartir cerveza enlatada entre los miles de sedientos espectadores que se darán cita en la edición de este año, que tendrá lugar en agosto.
Para obtener el preciado líquido, los clientes encargarán la cerveza a través de sus teléfonos móviles a un operador, que, al recibir el pedido, atará la lata a un paracaídas transportado por un octorrotor y, acto seguido, la aeronave no tripulada se dirigirá hacia su destinatario.
Para los vuelos de prueba, el drone es pilotado a distancia, pero el objetivo es hacer el proceso mucho más autónomo, con aeronaves que vuelen por sí solas hacia las coordenadas estipuladas en un plano de entrega controlado por GPS.
Para obtener el preciado líquido, los clientes encargarán la cerveza a través de sus teléfonos móviles a un operador, que, al recibir el pedido, atará la lata a un paracaídas transportado por un octorrotor y, acto seguido, la aeronave no tripulada se dirigirá hacia su destinatario.
Para los vuelos de prueba, el drone es pilotado a distancia, pero el objetivo es hacer el proceso mucho más autónomo, con aeronaves que vuelen por sí solas hacia las coordenadas estipuladas en un plano de entrega controlado por GPS.