
Filipinas: crecer en las calles
Las avenidas más transitadas de la urbe se han convertido en el refugio de miles de menores de edad. Se calcula que al menos 250.000 niños viven en la calle, muchos de ellos a causa de la violencia doméstica, el encarcelamiento o la muerte de sus padres.

El fenómeno se volvió relevante a partir de la década de 1980. Este colectivo vulnerable se ve obligado a deambular por las calles vendiendo flores o latas para poder alimentarse, por lo que muchas veces no comen o lo hacen solo una vez al día. Ante este panorama sombrío, algunos de ellos recurren al pegamento de zapatos, sustancia que al ser inhalada produce un efecto psicoactivo.
A todo esto, se le suma que el país asiático es azotado cada año por una veintena de tifones y tormentas. Solamente las inundaciones de la última década se cobraron la vida de miles de personas, y entre sus principales víctimas figuran las personas que carecen de hogar.
Debido a la dimensión del problema, varios actores han intentado ayudar a contenerlo, por ejemplo, la fundación ChildHope, que ayuda a estos niños a sobrevivir al proporcionarles comida, atención médica e incluso educación.