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Guayaquil: crónicas de miedo
Nuestra corresponsal Carla González ha visitado Guayaquil y Durán, las urbes donde se registran las mayores cifras de casos delictivos en el país latinoamericano, para hablar con los lugareños y tratar de comprender cómo se ha llegado a esta grave crisis de seguridad.
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Las zonas más pobres de la ciudad portuaria de Guayaquil, que tiene un promedio de 22 homicidios diarios, se han convertido en centros de reclutamiento de niños y jóvenes para el crimen organizado, mientras que los grupos criminales tienen el control absoluto de algunas zonas.
Los comerciantes y pescadores afirman que, cuando van a trabajar, están bajo riesgo de ser asaltados o extorsionados para que no delaten a los criminales y dejen pasar sustancias ilegales. De hecho, a través de las rutas fluviales se facilita la venta de droga al por menor.
Por su parte, las fuerzas de seguridad llevan a cabo operativos para evitar más delincuencia, pero muchos habitantes aseguran que no existen garantías de que esto vaya a acabar con la criminalidad, señalando que las estrategias no han sido eficaces y que el Estado los ha abandonado en medio de esta situación.