El canal internacional
de noticias en español
más visto en el mundo
Opinión

El secuestro de Europa

Publicado:
El secuestro de Europa

Se conoce, según lo narrado por Heródoto, que la princesa fenicia Europa, hija del rey Agenor, estaba disfrutando un día de playa con sus amigas cuando la vio el dios Zeus, que de inmediato se enamoró de su belleza. Para acercarse a ella, Zeus se convirtió en un toro blanco y resplandeciente. El bello animal se le acercó y se sentó a sus pies. Europa, poco a poco, fue tomando confianza y empezó a acariciarlo. Luego se subió sobre el toro (Zeus), que había estado esperando ese momento para lanzarse al mar con Europa en su lomo y aferrada a sus cuernos. A través del mar, la llevó a la isla de Creta, donde los dos se unieron a la sombra de unos árboles, que, en recuerdo eterno de aquel evento, nunca perderían sus hojas.

El sabio Heródoto jamás imaginó que el nombre de aquella princesa fenicia, amante de las aventuras con toros y dioses, sería heredado por un continente entero, que se convertiría en la cuna de la civilización occidental, concebida entre las piedras y olivos de la Antigua Grecia. Y seguramente pocos podíamos imaginar que esta Europa que siempre sentimos tan cercana, tan importante para nuestra historia y cultura, y tan idealizada por muchos turistas, amantes de elegantes formas y aficionados a estereotipos, de nuevo terminaría secuestrada. Pero esta vez no por ningún Dios, sino por el Fascismo.

Dentro de su falso e hipócrita concepto de "tolerancia" y "multiculturalidad", que siempre fue más una consigna que un sentir profundo de la mayoría de la gente, se construyó un gran circo político que tuvo sus mejores representaciones escénicas en eventos como la Inauguración de los Juegos Olímpicos de París, el año pasado. Lamentablemente, no se trata de más o menos respeto por la diversidad sexual o religiosa. La realidad es mucho más grave. Como la Europa de Heródoto con el toro Zeus, la Europa nuestra ha jugado demasiado con un animal desconocido, siguiendo instrucciones de sus dueños económicos, financieros y militares, hasta que el animal con ella montada en su lomo se despojó de todas sus máscaras y le muestra al mundo ahora su inequívoca imagen de monstruo sediento de sangre humana.

Una brusca caída en la calidad de vida de los europeos, como uno de los tantos "logros" del neoliberalismo galopante, el deterioro de la educación pública, la descomposición cultural, siempre disfrazada de "modernidad", y todo eso multiplicado por los reales problemas de inmigración y totalmente artificial y agresivo cultivo de la "agenda WOKE", han generado un caldo de cultivo ideal para resucitar lo peor de la reciente historia europea.

La instalación de una tiranía nazi en Ucrania, la guerra contra los monumentos y tumbas de los soldados soviéticos en los Estados bálticos y otros países de Europa Oriental, la cancelación de la cultura rusa en algún momento convertida casi en política oficial del "mundo civilizado", son solo los primeros pasos de la Bestia que prepara su zarpazo mortal a escala globalizada.

Mientras los dirigentes políticos europeos siguen preparando a sus pueblos para una nueva guerra mundial, desde afuera se ve cada vez con mayor nitidez que es una decisión que ya está tomada y que no depende ni de las perspectivas de un acuerdo sobre Ucrania ni de la nula amenaza militar del Este. Los gobiernos de la mayoría de los Estados de la Unión Europea son gerentes de turno de las Corporaciones, que no tienen patria, engranajes del mecanismo neoliberal que sólo se engrasan con sangre. Y una prueba definitiva de que hoy "Ucrania es Europa", como soñaban los nazis encantadores de turbas en el Maidán de Kiev, es que ahora Europa ya es Ucrania.

Los ingenuos argumentos de "no habrá quien luche en la Europa actual" no son ciertos. Como en todas las guerras del mundo, en primer lugar, van a luchar y a morir los pobres, y el número de pobres en Europa sigue y seguirá creciendo. No se trata sólo del empobrecimiento económico de la población, sino de las nuevas generaciones que están saqueadas y empobrecidas en términos de educación y cultura, lo que no les permite remitirse a las lecciones de la historia ni pueden construir por sí mismos relaciones simples de causa-efecto. Se ha creado un entorno ideal para la producción de carne de cañón, que ni siquiera se dará cuenta de que está siendo llevada al matadero.

Los migrantes pueden ser convertidos en mercenarios, incentivados por la posibilidad de obtener la ciudadanía y dinero. A las mujeres se les ofrecerá el hermoso eslogan feminista de que su no participación en la guerra es una "discriminación patriarcal". Las redes sociales y las bandas de nazis en las calles crearán una "opinión pública mayoritaria" y nadie se acordará de los derechos de ninguna minoría (por ejemplo, los "objetores de conciencia"). Si muchos de estos mecanismos de manipulación han funcionado con éxito en Ucrania, aún va a ser más fácil aplicarlos en otros países vecinos, porque ya todas las generaciones cambiaron la corta memoria histórica por las infinitas imbecilidades de las redes sociales.

Me pregunto cuántos amantes de los "valores europeos" se habrán preguntado alguna vez: ¿por qué todas las guerras mundiales empiezan siempre en el mismo ombligo de esta civilización?

A diferencia de otras catástrofes y tragedias, todas las guerras, igual que el arte, las religiones, las civilizaciones y las culturas, son obras humanas. Quizá sean la prueba definitiva de la pobreza de nuestra imaginación y de nuestra falta de espiritualidad como camino. Nuestros lejanos antepasados de distintas naciones, los que percibían las guerras como algo congénito e inevitable, igual que el canibalismo o las catástrofes naturales, confundían las imágenes de guerras con las de hambrunas y enfermedades, representando deidades distróficas con vientres hinchados y sin pupilas. Los espíritus y dioses de las guerras no pertenecen a los vivos ni a los muertos; son barqueros en una travesía sin retorno. Hoy, después de haber aprendido tanto de la geografía secreta de estos ríos, de alguna manera seguimos volviendo a ellos. 

Tal vez, el principal indicador de Civilización en cualquier sociedad sea su capacidad para prevenir las guerras. Es la mejor y más fiable defensa de cualquier patria. Una civilización que convierte las guerras en juegos de ordenador y en símbolos sexuales de masculinidad es realmente primitiva y prehistórica.

Recuerdo que de niños no comprendíamos la lucha de la URSS por la paz. El valor de la paz lo conocían en aquel entonces sólo los veteranos que aún estaban vivos. Nuestros abuelos y bisabuelos derrotaron al fascismo porque el hombre y el soldado soviético comprendieron por qué iban a morir y matar y no vieron en ello ningún romanticismo. Creo que, entre otras razones, la tragedia ucraniana se hizo posible también por la partida de la mayoría de veteranos de la Gran Guerra Patria. Ellos eran los más seguros centinelas de la paz.

El elemento más atroz en cualquier guerra son sus ruedas de molino, que inevitablemente trituran la vida y el destino de los inocentes. Las desgarradoras imágenes de civiles muriendo, desde Gaza y Siria hasta Rusia y Ucrania, son horribles porque reflejan no sólo el pasado, sino también el futuro, donde las víctimas ven a color y con detalle su última mañana. Son las ruedas de molino de la guerra, que trituran finamente los huesos, los sueños y los planes de los habitantes de países enteros, sin importar razones políticas o históricas de nadie. Estas ruedas de molino son parte de su naturaleza. Un soldado soviético en el monumento del Treptower Park de Berlín está salvando a una niña alemana de estas ruedas de molino. La grandeza de esta hazaña está en su cotidianidad. Esta niña también es Europa.

Para aprender a odiar al fascismo de verdad, debemos saber limpiarnos primero con la compasión por el prójimo. Hoy, cuando los últimos decorados del teatro del "mundo civilizado" se están desmoronando, nos toca ir recogiendo los trozos del espejo roto de la historia, y no por la ilusión de pegarlos de nuevo ni para mirarnos autocomplacientes, sino para no cortarnos con sus bordes afilados.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

comentarios
RT en Español en vivo - TELEVISIÓN GRATIS 24/7