La visita de Benedicto XVI al Líbano se produce cuando Oriente Próximo es un hervidero de emociones.
En este sentido el papa ha hecho llamamientos a favor de una solución
pacífica y ha pedido el fin de la violencia. A su llegada, el Benedicto
XVI hizo un llamado para detener el suministro de armas a Siria,
actividad que ha calificado de “gran pecado”.
Las autoridades libanesas calificaron la visita del sumo pontífice de "visita histórica" y reforzaron las medidas de seguridad. Es la cuarta visita del Papa a la región.
Por su parte, el movimiento chií Hezbolá colgó pancartas en la capital con textos en árabe y en francés que rezan: "Hezbolá da la bienvenida al Papa en la patria de la convivencia".
