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“Israel prefiere que EE.UU. haga el ‘trabajo sucio’ en Irán”
Israel prefiere que sea EE.UU. quien ataque a Irán, porque tienen la capacidad real de hacerlo, al contrario que ellos mismos, según ha revelado el periodista y experto en inteligencia israelí Yossi Melman, en declaraciones a RT.
En dichas declaraciones, Melman comentó algunos de los puntos capitales de su libro 'Espías contra el Armagedon: en el interior de los secretos de guerra de Israel', en el que sostiene que un posible ataque de Tel Aviv contra Irán es poco probable.
Si bien no puede revelar sus fuentes, "se sabe que Israel estuvo detrás del asesinato de científicos iraníes y del pirateo de los sistemas informáticos de Irán", dijo Melman, ya que se trata de una “lógica de intervención que responde a un patrón desarrollado en anteriores ocasiones por el Mossad en diversos puntos del mundo”, prosiguió el periodista.
En opinión de Melman, la diferencia entre un ataque israelí contra Irán en la actualidad y los ataques que ese país llevó a cabo en Siria en 2007 y en Irak en 1980, sería abismal, pues en estos dos últimos casos, las operaciones de Israel se llevaron a cabo bajo un estricto secreto, por lo que el factor sorpresa jugó un papel determinante en el éxito de dichos ataques.
Con Irán pasa lo contrario, pues, aparte de la ausencia del factor sorpresa teniendo en cuenta las constantes amenazas intercambiadas entre ambas naciones, Israel no tiene suficientes aviones para llevar a cabo un ataque efectivo contra la república islámica, que podría reconstruir sus instalaciones nucleares en 18 o 20 meses probablemente y tomar represalias lanzando un ataque nuclear contra Israel, esta vez con la excusa perfecta.
En relación a su libro, Melman declaró que el capítulo en el que se habla de la unidad especial Kidon, supuestamente al mando de las operaciones que se realizan en el exterior, fue censurado por Israel. Según él, la censura es una constante en el país hebreo y, de hecho, según denuncia, los periodistas israelíes a menudo tienen que recurrir a fuentes extranjeras para saber lo que sucede de verdad en el interior de su propio país.
“El ejemplo del Prisionero X, el australiano que fue reclutado por el Mossad, arrestado por traición a la patria y que finalmente se suicidó, muestra hasta qué punto funciona la censura", señaló Melman, quien añadió que este caso ha hecho mucho daño a Israel, pues "ha ensuciado por completo la imagen de sociedad democrática que trata de proyectar".
Si bien no puede revelar sus fuentes, "se sabe que Israel estuvo detrás del asesinato de científicos iraníes y del pirateo de los sistemas informáticos de Irán", dijo Melman, ya que se trata de una “lógica de intervención que responde a un patrón desarrollado en anteriores ocasiones por el Mossad en diversos puntos del mundo”, prosiguió el periodista.
Un ataque por parte de Israel sin coordinarse con EE.UU. sería demasiado arriesgado"Sin embargo, descarta que Israel se atreva a atacar a Irán en solitario, porque, si bien EE.UU. tiene la capacidad de hacer mucho daño a las instalaciones nucleares de Irán, la capacidad del país hebreo es muy limitada, por lo que "un ataque por parte de Israel sin coordinarse con EE.UU. sería demasiado arriesgado".
En opinión de Melman, la diferencia entre un ataque israelí contra Irán en la actualidad y los ataques que ese país llevó a cabo en Siria en 2007 y en Irak en 1980, sería abismal, pues en estos dos últimos casos, las operaciones de Israel se llevaron a cabo bajo un estricto secreto, por lo que el factor sorpresa jugó un papel determinante en el éxito de dichos ataques.
Con Irán pasa lo contrario, pues, aparte de la ausencia del factor sorpresa teniendo en cuenta las constantes amenazas intercambiadas entre ambas naciones, Israel no tiene suficientes aviones para llevar a cabo un ataque efectivo contra la república islámica, que podría reconstruir sus instalaciones nucleares en 18 o 20 meses probablemente y tomar represalias lanzando un ataque nuclear contra Israel, esta vez con la excusa perfecta.
En relación a su libro, Melman declaró que el capítulo en el que se habla de la unidad especial Kidon, supuestamente al mando de las operaciones que se realizan en el exterior, fue censurado por Israel. Según él, la censura es una constante en el país hebreo y, de hecho, según denuncia, los periodistas israelíes a menudo tienen que recurrir a fuentes extranjeras para saber lo que sucede de verdad en el interior de su propio país.
“El ejemplo del Prisionero X, el australiano que fue reclutado por el Mossad, arrestado por traición a la patria y que finalmente se suicidó, muestra hasta qué punto funciona la censura", señaló Melman, quien añadió que este caso ha hecho mucho daño a Israel, pues "ha ensuciado por completo la imagen de sociedad democrática que trata de proyectar".
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