El jefe del Ejército británico, David Richards, convocó una conferencia por iniciativa del primer ministro del Reino Unido, David Cameron, en la que participaron las autoridades militares de EE.UU., Francia, Turquía, Jordania, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. En la reunión discutieron la futura estrategia para Siria.
Los aliados extranjeros de la oposición consideran que la guerra civil ya ha llegado a su punto crítico y es la hora de ayudar a los grupos rebeldes a unirse en una sola estructura para hacer el último esfuerzo en la lucha contra el régimen.
El Reino Unido, EE.UU. y Francia acordaron que sus territorios no servirán de base para el entrenamiento de los rebeldes y se utilizarán los campos de la vecina Turquía. Se espera que la decisión provoque críticas internacionales y acusaciones de injerencia ante una posible repetición del escenario libio.