ONG: el 'Caballo de Troya' de la CIA en América Latina
La CIA se vale de la organización no gubernamental Human Rights Foundation para influir en la política de algunos países de América Latina. Así lo ha revela el investigador de origen canadiense Jean-Guy Allard, en un artículo publicado en el periódico 'Granma' de Cuba.
Según la publicación, la Inteligencia norteamericana preparaba campañas contra Bolivia, Ecuador y Venezuela, escudándose tras esa institución. Allard destaca que la organización está vinculada con el intento de homicidio del presidente boliviano Evo Morales en el año 2009.
La corresponsal de RT María Stárostina detalla esta información en su reportaje.
Espías 'no gubernamentales'
Prisionera de conciencia o funcionaria inconsciente. Ambos epítetos se utilizan en la prensa para referirse a María Lourdes Afiuni. Esta mujer, que antes ejercía de jueza en un tribunal venezolano, fue arrestada en 2009 bajo la acusación de facilitar la fuga del país de un prisionero.
Recientemente la organización Human Rights Foundation (HRS) exigió su liberación, considerándola presa por motivos políticos.
“Con el arresto de la jueza Afiuni, el mensaje del gobierno venezolano fue claro: el juez que actúe 'a espaldas' de Hugo Chávez tiene pena de cárcel”, sostiene la ONG en un comunicado.
Venir, Ver, Desacreditar
El periodista canadiense Jean-Guy Allard, autor de la publicación sobre HRS, asegura que la fundación está encabezada por un agente de la CIA y que las declaraciones sobre la ex jueza tienen como fin desacreditar al gobierno de Venezuela, que no conviene a Estados Unidos.
“Washington hace todo lo que puede para cambiar los líderes y los gobiernos de los países que considera progresistas en América Latina. Tiene toda una cantidad de mecanismos para alcanzar sus resultados”, afirma el periodista.
“Las ONG seguramente son parte de estos instrumentos, como lo es también la propaganda bajo todas sus formas”, añade.
Ampliarse por América Latina
El nombre de la Human Rights Foundation, radicada en el centro de Nueva York, resonó no sólo en Venezuela, sino también en otro país latinoamericano: Bolivia. No obstante, en este caso los mismos supuestos defensores de los derechos humanos se encontraron en la piel de los acusados.
En 2009 las autoridades bolivianas acusaron a esa organización de estar involucrada en el intento de magnicidio contra Evo Morales.
"Las investigaciones que se han hecho en los últimos dos años en Bolivia han mostrado que a partir de fondos que llegan de HRF se han organizado agrupaciones opositoras, se han financiado actividades que buscaban tener una influencia en la política interior del país", afirma el analista Boris Miranda. El objetivo de las ONGs es ampliar la inestabilidad y provocar conflictividad en los estados latinos, agrega.
Fachadas de 'inteligencia'
Varios especialistas en relaciones internacionales afirman que el trabajo de la Human Rights Foundation es sólo una pequeña parte de la sofisticada política exterior del gobierno estadounidense.
"EE. UU. mantiene una agenda muy activa para intentar socavar los gobiernos de América Latina, particularmente los que pertenecen a la organización ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América", asegura la abogada y escritora Eva Golinger.
La escritora argumenta que la estrategia de utilizar “fachadas” es una estrategia ya vieja de las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Además, las ONGs filtran fondos para beneficiar a organizaciones que luego promueven políticas antidemocráticas en los países donde están actuando.
La abreviatura del polémico organismo es muy semejante a la de la organización de defensa de derechos humanos más famosa del mundo, la Human Rights Watch. Pero la sombra de gran autoridad de esta última, no llegó a tapar las dudas sobre el funcionamiento de su tocaya.
Se supone que las organizaciones no gubernamentales no se financian con los fondos estatales, lo que les tiene que permitir ser independientes a la hora de realizar sus actividades.
Sin embargo, a veces las acciones de sus representantes, al igual que la imposibilidad de desmentir ciertas acusaciones, crean sospechas sobre su imparcialidad.