Un anciano alemán devolvió por correo un cráneo que robó seis décadas antes de las catacumbas de la catedral de San Esteban en Viena (Austria), informa el periódico austríaco Kronen Zeitung.
El arquitecto de la catedral, Franz Zehetner, fue quien recibió la inesperada correspondencia. "De repente apareció un paquete grande y atado con una cuerda en mi escritorio, sin remitente específico", explica y señala que al abrirlo con curiosidad se encontró con una calavera.
En el paquete también había una carta explicativa de un anciano alemán que decía: "Robé el cráneo cuando era un joven turista, durante una visita guiada por las catacumbas. Ahora, al final de mi vida, quiero hacer las paces conmigo mismo".
Zehetner confiesa haberse conmovido por la carta y expresó su respeto, afirmando que "el ladrón no solo ha reparado su imprudencia juvenil, sino que ha realizado una obra de respeto hacia los muertos".
No es posible determinar la identidad del difunto, ya que los restos de las profundidades de la catedral proceden de segundas inhumaciones realizadas en el siglo XVIII desde un cementerio histórico.
