El mercado mundial del vino ha experimentado una reducción en su consumo en los últimos años, con un retroceso de unos 10.000 millones de dólares desde el 2018 hasta el 2024, cuando alcanzó los 332.920 millones, según WineNews. La caída, sin embargo, no fue constante, sino irregular, marcada por factores como cambios demográficos y una mayor atención a la salud.
Los datos muestran también una marcada diferencia entre el consumo doméstico y el que se hace fuera. A nivel mundial, el 78 % del vino se bebe en los hogares, unos 18.430 millones de litros, generando 180.900 millones de dólares, poco más de la mitad del total.
En contraste, los 5.260 millones de litros consumidos en restaurantes, bares y vinotecas representan solo el 22 % del volumen, pero concentran el 47 % del valor, con 155.700 millones de dólares.
Pese a esa contracción, las previsiones apuntan a un repunte en el mediano plazo. Para el 2025, se espera que la facturación global del sector llegue a 336.600 millones de dólares, con un volumen de 23.690 millones de litros. A más largo plazo, se estima que el negocio crecerá en 33.900 millones de dólares adicionales hacia el 2030.