Un soldado perteneciente al Ejército de Nueva Zelanda ha admitido las imputaciones por espionaje militar emitidas por la Corte Marcial de su país este lunes, que representa el primer caso en materia de su historia, informan medios locales.
De acuerdo con los informes de la Corte a cargo, el hombre habría transmitido información militar sensible que podría afectar la seguridad de Nueva Zelanda a quien pensaba que era un agente extranjero.
Sin embargo, el espía no estaba hablando con un agente de otro país, sino con un oficial encubierto que se encontraba recopilando inteligencia sobre grupos extremistas de derecha.
En las informaciones que intentaba transmitir, se encontraban contactos telefónicos, mapas, evaluaciones de debilidades de seguridad, una tarjeta de identidad y datos de inicio de sesión a una red militar.
El inicio de su juicio ha tardado cinco años en prepararse tras su detención en 2020 por acción conjunta del Ejército y la Policía de Nueva Zelanda.
A pesar de que no se ha revelado el nombre del soldado ni para qué nación brindaba sus servicios, se reportó que poseía grabaciones de un ataque terrorista a dos mezquitas en la ciudad de Christchurch en 2019, cuando un supremacista de origen australiano abrió fuego contra fieles musulmanes.