
Trump se topa con un nuevo rival en EE.UU.

La Universidad de Columbia también se negó este lunes, al igual que la Universidad de Harvard, a cumplir con las exigencias planteadas por la Administración de Donald Trump a varios centros universitarios estadounidenses, informa The New York Times.
La presidenta interina de la institución, Claire Shipman, declaró que no permitirá que el Gobierno federal "nos exija renunciar a nuestra independencia y autonomía". La universidad neoyorquina "rechazaría la orquestación de mano dura del Gobierno que podría dañar potencialmente nuestra institución y socavar reformas útiles", y la Casa Blanca no tiene derecho a dictar "lo que enseñamos, investigamos o a quién contratamos", escribió en una nota enviada a la comunidad universitaria.

Columbia no ha llegado a ningún acuerdo con el Gobierno hasta ahora y continúa las negociaciones con los funcionarios de Trump, incluyendo cómo devolver 400 millones de dólares en subvenciones gubernamentales, agregó la presidenta interina.
"Las ideas, incluidas las peticiones excesivamente prescriptivas sobre nuestra gobernanza, sobre cómo llevamos a cabo nuestro proceso de búsqueda presidencial y cómo abordar específicamente las cuestiones de diversidad de puntos de vista no están sujetas a negociación", subrayó.
Aun así, el tono del comunicado fue más suave que el de Harvard. Así, Shipman aseveró que comparte la preocupación de la Administración por la posible propagación del antisemitismo en los campus universitarios. "Algunas de las peticiones del Gobierno son coherentes con las políticas y prácticas que consideramos importantes para avanzar en nuestra misión", admitió.
Resistencia de Harvard
Las declaraciones de Shipman se produjeron doce horas después de que la Universidad de Harvard rechazara las exigencias de Trump y perdiera por ello 2.200 millones de dólares en subvenciones del Gobierno.
La presidenta interina de la Universidad de Columbia dijo haber leído "con gran interés" el memorando del presidente de Harvard, Alan Garber, quien denunció que la Administración Trump estaba intentando "invadir las libertades universitarias reconocidas desde hace tiempo por el Tribunal Supremo" y rechazó todas sus demandas, que calificó de "más allá de la autoridad legal de esta o cualquier Administración".
El Gobierno de Donald Trump intenta hacerse con el control de las mayores universidades de EE.UU. con exigencias sobre los programas enseñados e incluso sobre el personal. Entre otras demandas, la Casa Blanca exige el cierre de todos los programas relacionados con la DEI (diversidad, equidad e inclusión) y la erradicación del antisemitismo en los campus.