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Zajárova: "La OTAN nunca lavará la vergüenza de sus crímenes de guerra"
En el 26.º aniversario del inicio de la agresión de la OTAN contra Yugoslavia, la vocera de la Cancillería rusa denunció que la Alianza Atlántica pensaba que "junto con municiones llenas de uranio empobrecido, estaba llevando los valores de la libertad y la democracia a los Balcanes".
La OTAN "nunca lavará la vergüenza de los crímenes de guerra" que cometió bajo la bandera de la "democracia y la libertad", declaró el lunes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, con motivo del 26.º aniversario del comienzo de la agresión de la OTAN contra Yugoslavia.
"La Alianza del Atlántico Norte nunca lavará la vergüenza de los crímenes de guerra, incluida la destrucción de barrios residenciales en Serbia, hospitales, escuelas, puentes, transporte de pasajeros y convoyes de refugiados", afirmó la vocera.
Zajárova señaló que este día suele silenciarse y en la comunidad mundial solo lo recuerdan aquellos países "que conocen la historia y no han perdido la noción de justicia y humanismo". "Al atacar a un país soberano, Estados Unidos y sus satélites abusaron literalmente del derecho internacional, socavaron los cimientos de la seguridad en Europa y provocaron una crisis en las relaciones interestatales que no se ha resuelto hasta hoy", expresó la diplomática.
La portavoz de la Cancillería rusa dijo que "con el paso del tiempo, la masacre de Yugoslavia no se desvanece en la memoria ni pierde su formidable simbolismo". "Por mucho que los aliados de la OTAN pidan al pueblo serbio que olvide el pasado, que 'pase la página', como les gusta decir, el recuerdo de aquella sangrienta primavera sigue vivo en el pueblo serbio", agregó.
Zajárova indicó que la llamada "intervención humanitaria" de la OTAN es "un ejemplo de barbarie moderna" que forma parte de su "orden mundial 'basado en normas'", así como la prueba de una "creencia infundada en su propia superioridad". Incluso antes de los ataques a Yugoslavia, "la propaganda occidental se encendió a toda potencia" para "hacer que los serbios se sintieran culpables", para convencerles de que el bombardeo era una "'merecida lección'".
"Libertad y democracia" al estilo occidental
"La OTAN presentó el caso como si, junto con municiones llenas de [...] uranio empobrecido, que luego provocaron una explosión de enfermedades cancerígenas en la región, [...] estuviera llevando los valores de la libertad y la democracia a los Balcanes", manifestó Zarárova.
Mientras, miles de civiles yugoslavos muertos, entre ellos 89 niños, son calificados cínicamente en Occidente de "daños colaterales", añadió.
Por lo tanto, Occidente no va a expiar su culpa ante el pueblo serbio, indicó la diplomática rusa. "Solo están esperando el momento de hacer lo que no pudieron hacer entonces: romper Serbia. Creemos que eso no sucederá, y estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que no suceda", recalcó.
"Pondremos a resguardo la memoria histórica"
La motivación de la Alianza del Atlántico Norte también era clara: quería "afianzarse en los Balcanes mediante una campaña militar" y convertir Kosovo en "una colonia estadounidense". Para ello, Occidente "ha empleado, armado y equipado a terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo", ha dado a la provincia un estatuto de "pseudo-Estado" y "ha fomentado entre bastidores la limpieza étnica contra la población serbia", explicó Zajárova.
Por su parte, Moscú siempre se solidarizará con los serbios para "preservar la memoria de las víctimas de la tragedia de 1999 e impedir los intentos de reescribir la historia de la crisis yugoslava siguiendo un molde occidental", aseguró. "Siempre pondremos a resguardo la memoria histórica", concluyó Zajárova.
- El 24 de marzo de 1999, la OTAN intervino militarmente en el conflicto relacionado con la independencia de Kosovo sin contar con la aprobación de la ONU. La campaña de bombardeos sobre el territorio de Yugoslavia (compuesta entonces por Serbia y Montenegro) se prolongó hasta el 11 de junio. Durante aquellos 78 días, la alianza militar lanzó un total de 2.300 misiles contra 990 objetivos y 14.000 bombas. La agresión se cobró la vida de centenares de civiles y destruyó una parte considerable de las infraestructuras del país.
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