Una orden ejecutiva de Trump pone en vilo los fondos destinados a un país latinoamericano
El recién investido presidente estadounidense, Donald Trump, emitió este lunes una orden ejecutiva que suspende la distribución de fondos destinados a la ayuda exterior para el desarrollo, hasta tanto no se evalúe si las erogaciones se corresponden "totalmente" con "la política exterior" de la nación norteamericana, lo que pone en vilo el financiamiento de programas en Colombia, recoge El Tiempo, que cita la referida orden.
De acuerdo con el mandatario, esos recursos, que se canalizan a través de entidades como la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo (USAID) o la ONU, son "antiéticos" y se estarían empleando para desestabilizar "la paz mundial, al promover ideas contrarias a la armonía interna en algunas naciones".
"Es la política de esta administración que EE.UU. no distribuirá ayuda que no este alienada totalmente con nuestra política exterior", sostuvo en la víspera, al tiempo que precisó que durante el período de revisión –de un máximo de 90 días–, se establecerán consultas con la Oficina de Presupuesto para decidir si se "continúa, se modifica o se acaba" con la asistencia, salvo que el secretario de Estado, Marco Rubio, dictamine que es necesario continuar con la asistencia.
El caso colombiano
Aunque la medida es global, en América Latina los efectos se harán sentir de manera particular en Colombia, donde Washington ha venido suministrando hasta 200 millones de dólares anuales para financiar el Plan Colombia, pero también ha otorgado montos para otros programas relacionados con la protección ambiental, el desarrollo rural, el fortalecimiento de la justicia y la defensa de los derechos humanos, vinculados a su vez con la puesta en obra de los acuerdos de paz de 2016.
Mensualmente, Bogotá recibe unos 16 millones de dólares, cuya entrega ahora estará supeditada a que Rubio, un abierto detractor del Gobierno del presidente Gustavo Petro, la autorice.
Empero, desde El Tiempo precisan que antes de que Trump firmara la orden ejecutiva, la ayuda para Colombia ya estaba comprometida. El pasado año, la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU., dominada por el Partido Republicano, redujo a la mitad el monto de la ayuda, alegando diferencias con Petro. El Senado, controlado entonces por el Partido Demócrata, la dejó en 380 millones de dólares.
Nunca se produjo la conciliación entre cámaras y, aún en la situación más favorable, la nación suramericana continuaría recibiendo los montos aprobados para 2024 hasta que se apruebe un nuevo presupuesto federal.
No es el único escenario posible. También, dado que las dos cámaras están bajo control republicano, se puede acordar una reducción de recursos, bien sea dejando intacto el recorte precedente o aprobando uno más restrictivo, o directamente aprobar solo aquellos montos destinados a programas que se alineen sin fisuras a la política exterior de la Casa Blanca.
¿Qué dicen en Washington?
El medio citado consultó a diversas fuentes en Washington –algunas bajo reserva–, en interés de proyectar cuál es el futuro del Plan Colombia y otros programas relacionados.
Una de ellas considera que si bien podría considerarse que el tipo de orden que emitió Trump para recortar los fondos de la USAID y otras entidades, incluso multilaterales, pueden suponer un cierto grado de usurpación en las funciones legislativas, el control del Congreso le allana el camino para tomar esa clase de decisiones sin obstáculos.
"La ley de incautación de EE.UU., generalmente, requiere que el presidente desembolse los fondos aprobados por el Congreso para el propósito que fueron autorizados. El presidente, y eso ha sucedido antes, puede argumentar que tiene otras obligaciones y objetivos. Eso por lo general conduce a un tire y afloje entre ambas ramas que en la mayoría de casos gana el Legislativo. Eso, por supuesto, siempre y cuando el Congreso esté interesando en defender sus prioridades. Algo que no creo que pase en esta ocasión, cuando los republicanos tienen en poder en el Legislativo", argumentó esa fuente.