Irán instalará nuevas centrifugadoras para enriquecer uranio en protesta a la medida del OIEA
Irán pondrá en marcha nuevas centrifugadoras de enriquecimiento de uranio en respuesta a "la resolución injustificada" del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), comunicó el viernes el Ministerio de Asuntos Exteriores de la república islámica en su canal de Telegram.
"En las últimas horas de la reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA del 22 de noviembre de 2024, bajo la presión e insistencia de los tres países europeos [Francia, Alemania y el Reino Unido] y Estados Unidos, y a pesar de la falta de apoyo de aproximadamente la mitad de los Estados miembros, se aprobó una resolución no consensuada sobre el programa nuclear pacífico de Irán", reza el comunicado.
En este sentido, la Cancillería asegura que los principios de Irán siempre se han basado en una interacción constructiva con el OIEA en el marco de los derechos y obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear. Teherán denunció que las tres naciones europeas y Washington, al contrario, "tienen una larga historia de mala fe y flagrante incumplimiento de sus compromisos", incluso en lo que corresponde al Plan de Acción Integral Conjunto, del que EE.UU. se retiró unilateralmente en 2018.
Al respecto, el ministerio sugirió que "la cuestión nuclear iraní es simplemente una excusa usada por los cuatro países para avanzar en sus objetivos ilegítimos". "En consecuencia, el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán ordenó medidas efectivas, incluido el lanzamiento de un conjunto significativo de centrifugadoras nuevas y avanzadas de varios tipos", anunció. "Obviamente, estas medidas se adoptan para proteger los intereses del país y seguir desarrollando la industria nuclear con fines pacíficos, de conformidad con las crecientes necesidades nacionales", concluyó.
Los medios de comunicación informaron el jueves que la Junta de Gobernadores del OIEA adoptó una resolución en la que critica a Irán por su falta de cooperación en la cuestión nuclear. El documento, impulsado por Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos, fue aprobado por 19 de los 35 países miembro. Rusia, China y Burkina Faso votaron en contra, mientras que 12 se abstuvieron.