Las descargas eléctricas asociadas con las auroras podrían amenazar a la Tierra
Un grupo de investigadores de instituciones científicas de EE.UU. encontró evidencia que sugiere que las mismas fuerzas que ocasionan las auroras en la Tierra pueden generar descargas eléctricas que podrían dañar la infraestructura que conduce la electricidad, informó este lunes Frontiers Science News.
Generalmente, las auroras se producen cuando el flujo constante de partículas energéticas, denominado 'viento solar', proveniente de la atmósfera más externa del Sol, choca contra el campo magnético de nuestro planeta.
Sin embargo, los choques interplanetarios, una especie de onda expansiva emanada del viento solar, también pueden contribuir a la aparición de este fenómeno, así como a la creación de corrientes eléctricas provocadas por las fuerzas magnéticas, conocidas como 'corrientes inducidas geomagnéticamente', en la superficie terrestre.
De acuerdo con los científicos, los fuertes choques interplanetarios pueden dar lugar a intensas auroras, además de corrientes potentes que suponen un riesgo a los conductores artificiales en tierra, como líneas de transmisión de energía, oleoductos, ferrocarriles y cables submarinos. No obstante, aseguraron que los choques frecuentes y menos potentes también podrían causar daños.
Auroras como señales de advertencia
Según un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences, las auroras pueden servir como una señal visual de advertencia que indica la presencia de descargas eléctricas que pueden originar corrientes inducidas geomagnéticamente en la Tierra.
"La región auroral puede expandirse mucho durante tormentas geomagnéticas potentes", señala el científico Denny Oliveira, poniendo como ejemplo que, durante la tormenta geomagnética del pasado mayo, la región auroral se situó 40 grados al norte del Ecuador en lugar de los 70 grados habituales (Polo Norte).
Determinando la fuerza de ataque
Los autores de la investigación también descubrieron que se pueden determinar las fuerzas de las corrientes mediante el ángulo con el que los choques interplanetarios golpean el campo magnético de nuestro planeta. Los choques interplanetarios más frontales producen picos más altos en las corrientes inducidas geomagnéticamente después del impacto y durante las tormentas magnéticas posteriores. También se observó que se llega a producir un brillo auroral en estas tormentas.
La previsibilidad de los ángulos de los choques interplanetarios, hasta dos horas antes del impacto, permitirán implementar medidas de protección para la infraestructura vulnerable antes de que se produzcan los choques más potentes.
No obstante, no se encontró relación entre el ángulo de un choque y el tiempo que tarda este en impactar y posteriormente inducir una corriente; para ello los investigadores necesitan realizar más registros de corrientes en otras latitudes, ya que sus observaciones tuvieron lugar solo en una región de Finlandia.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!