Comprueban que los gatos son ineficaces contra las ratas
Un experimento que biólogos estadounidenses llevaron a cabo en un vertedero de Nueva York deshace el mito de los gatos como cazadores innatos. O al menos no sirven como una herramienta de control 'natural' contra las ratas en multiplicación, algo en que insisten los autores.
Durante 5 meses, entre las vísperas de la Nochevieja del año pasado y mayo de este año, los estudiosos estaban registrando el comportamiento de varios gatos asilvestrados en un polígono de deshechos. Cinco felinos estaban en el foco de su atención constante por medio de las cámaras instaladas en distintos lugares, puesto que accedían al sitio para alimentarse.
Dos muertes por 20 casos de acecho
Según revela el grupo en un artículo publicado en la revista Frontiers, fue sometida a un meticuloso estudio también la colonia de sus potenciales presas, que contaba con 120-150 ratas. Los biólogos capturaron a 37 de ellas y determinaron cuánto medían y qué peso tenían. El caso es que solo dos gatos pudieron con la misma tarea.
En los más de 300 videos grabados por las cámaras solo se aprecia 20 casos de acecho, solo en tres ocasiones los gatos trataron de cazar a algún roedor y uno de esos intentos no resultó fructífero a causa de un mermado interés del gato hacia su presa.
En la investigación participó el colaborador científico de una empresa neoyorquina que se especializa en el control biológico, Michael Deutsch, y el sitio web phys.org recoge su comentario. "Hasta ahora, nadie ha proporcionado buenos datos sobre la cantidad de ratas de una ciudad muertas por los gatos", destacó. El material visual que obtuvo en el vertedero de Brooklyn deja claro que la contribución felina en la desratización es mínima.
Comportamiento alterado
"No estamos diciendo que los gatos no cazaran las ratas en la ciudad, sino que las condiciones deben ser adecuadas para que eso ocurra", agrega Deutsch. "El gato debe tener hambre, no tener otra fuente de alimentos menos riesgosa y, por lo general, necesita algo de sorpresa".
La observación visual descubrió otro efecto de la presencia de gatos en el polígono. Las ratas se daban cuenta cuando llegaba su potencial asesino y ajustaban su comportamiento "para hacerse menos visibles y pasar más tiempo en las madrigueras", según dijo el jefe del grupo investigador, Michael Parsons. "Como cualquier presa, las ratas exageran el riesgo de la depredación", comentó.
Sin embargo, los roedores no siempre evitan el contacto con los gatos. En algunos casos hasta comen de las mismas pilas de basura y al mismo tiempo que los felinos.